Festividad de San José

Nos encontramos ante una de las fiestas más emblemáticas en nuestro país: la memoria de San José, Esposo de la Virgen María. Es un día muy entrañable en muchos pueblos y ciudades de España, ya que numerosos lugares celebran sus Fiestas Patronales en honor al Santo Patriarca. Y me gustaría aclarar que este Santo es el Padre del Niño Jesús, por eso celebramos también la Fiesta del Padre.

Es una jornada muy especial para recordar y homenajear a nuestros padres, a los que aún están con nosotros y a los que ya celebran este día junto al Padre Dios. Dejando a un lado los valores comerciales que intentan ofrecernos a lo largo de varias semanas, hemos de tomar conciencia de la importancia que tiene la figura del padre como cabeza de familia, como pilar clave en la educación de los hijos y, en muchos casos, también en la educación de los nietos.

San José es el modelo para todos los padres, un modelo de humildad, de sencillez, de tarea callada pero llena de frutos. Un modelo de fe viva, de esperanza y caridad. Su vida sencilla es un estímulo en nuestro camino de cada día para aprender a valorar lo esencial de la propia vida, de los acontecimientos que vivimos en nuestro caminar diario.

Seguro que en este momento afloran en nuestra mente muchos de los momentos que hemos vivido con nuestros padres y que, sin duda alguna, han marcado lo que somos y tenemos. Simplemente en este día me gustaría reconocer esa tarea callada, silenciosa, que tanto bien está haciendo a muchas familias. Palabras de gratitud para los que aún disfrutan del cariño paternal y palabras de esperanza para aquellos que imploramos cada día la intercesión de nuestros Padres desde la Casa del Padre… En esta fiesta, me gustaría pedir a San José la protección de tantas familias que han pasado, o están pasando, por momentos de dificultad o crisis, por situaciones inestables, de sufrimiento y dolor. Recordemos que la familia es el pilar fundamental en la educación de los hijos, un pilar en el que hemos de apoyarnos para asentar bien nuestras propias construcciones de futuro. Si así lo hacemos, seguro que nuestras propias vidas estarán edificadas sobre roca firme. Que San José nos bendiga a todos, especialmente a los padres de familia y a aquellos que están bajo su advocación, como los futuros sacerdotes o los que pasan cada día por el tránsito de la vida terrena a la Vida Eterna.

Viernes de Dolores

Nos encontramos ya en puertas de la Semana Santa, de esos días en los que se mezcla fervor y devoción, procesiones y actos de piedad… Manifestaciones religiosas mezcladas con la tradición de los siglos, con una tradición honda y profunda, marcada por el fervor popular de estos días de piedad y penitencia.

Hoy es “Viernes de Dolores”, el viernes previo a la Semana Santa. Es un día para recordar a las personas que sufren dolor y enfermedad, para unirnos a tantos hombres y mujeres que viven en penuria, que están marcados por la droga, la violencia, el odio, la pobreza… Es un día de dolor, de hondo sentir… Viernes de Dolores, día de luto y recogimiento, día para recordar a todos aquellos que han perdido a un ser querido…

Nuestra sociedad, en el propio discurrir de la vida, está marcada por el dolor y la enfermedad, por el sufrimiento y la agonía. Son momentos dolorosos que acompañan al propio ser humano desde el momento en el que nace. Hemos de vivir en profundidad los momentos más difíciles para la propia vida humana. Se trata de vivir la realidad, no de soñar un mundo utópico. El ser humano está en consonancia con la propia naturaleza y, por ello, es necesario vivir en plenitud aquello que la propia vida nos va enseñando.

Mi recuerdo en este día se dirige a las personas que peor lo están pasando en estos momentos; a esos padres que han perdido a un hijo, a ese matrimonio roto por la muerte del cónyuge, a esa familia que camina con la enfermedad de algún ser querido, a esos hogares que vive de cerca el problema del desempleo, a ese amigo “enganchado” a la droga, a ese pobre que clama una ayuda… Situaciones de dolor y sufrimiento, situaciones que están a nuestro alrededor… Aquí y allá, porque no podemos pasar indiferentes ante las guerras, el dolor de los refugiados y las situaciones de miseria en las que viven tantos hermanos nuestros… Acompañemos a esas personas que tanto necesitan de nosotros en estos momentos de dolor y sufrimiento. Un recuerdo, unas palabras de aliento o, simplemente, la presencia silenciosa junto a ellos pueden ser bálsamos para su dolor.

Entre Chupitos…

Esta noche nos hemos reunido un grupo de amigos en casa para cenar y plantar cara al hambre. Sí, es algo que solemos hacer al menos una vez al año, rememorando años vividos en nuestra etapa de jóvenes universitarios cuando promovimos la celebración de la Semana de la Solidaridad en nuestra Residencia de Estudiantes. Una actividad que organizamos varios años y que permitió a muchos jóvenes dar lo mejor de sí mismos en ese deseo de construir un mundo mejor. Por eso, cada uno libre y voluntariamente, después de cenar deposita su donativo en uno de esos «famosos sobres azules de Manos Unidas» para colaborar con algún proyecto de desarrollo. Este año nos toca la India, donde colaboraremos con la construcción de un internado para niñas tribales en Deogarh, Odisha, una aldea de la Diócesis de Sambalpur, en la Costa Este de la India. Un gesto sencillo, que saca de nosotros la parte más solidaria, que nos ayuda a conocer otras realidades de nuestro mundo y que nos abre a la generosidad, a compartir, a plantar cara al hambre… Por ello, nos hemos informado y formado sobre algunos proyectos y acciones realizadas por Manos Unidas y hemos comentado algunos clipmetrajes -vídeos de un minuto de duración- que sirven para sensibilizar a nuestra socidad con un mensaje claro y rotundo. Y es que, más de la mitad de los alimentos que producimos en Europa acaban en la basura, mientras 795 millones de personas pasan hambre en el mundo. Soy de los que piensa que si uno crece con ese espíritu de solidaridad es algo que mantiene durante toda su vida. Y estos jóvenes hemos crecido, de alguna manera, implicados durante nuestra etapa de la Residencia en algo que nos ilusionó y a lo que dedicamos muchas horas, colaborando con esa «construcción de la nueva civilización de la paz y el amor», de la que tantas veces habló Juan Pablo II.

La cena, «sencillita» por esto de ser Cuaresma y vivir un poco el espíritu de austeridad pensando en los que no tienen nada que llevarse a la boca, ha comenzado elevada. Sí, los primeros recuerdos nos han llevado al 11-M,a las víctimas y a sus familias, a cómo lo vivimos algunos hace 12 años… Sentimientos dolorosos, donde las calles de Madrid y las del resto de España enmudecieron ante este hecho, donde la solidaridad humana se dejó sentir, donde surgieron muchos interrogantes… Y a partir de estos recuerdos, la conversación se ha elevado un poco más. Salen de nuevo los interrogantes más profundos del ser humano: ¿quién soy?, ¿hacia dónde caminamos?, ¿qué es la felicidad?, ¿qué nos espera después de la muerte?… Ha sido un diálogo intenso, sincero, cargado de mucha Verdad… Verdad con mayúsculas que algunos aún no han descubierto, pero que en el fondo de su corazón anhelan. Es ese sentimiento de búsqueda de Lo Bueno, Lo Bello, Lo Justo… Estoy convencido que cada uno tiene sus tiempos y que también Dios juega con ello, por eso «hay que ponerse a tiro y dejarse tocar»… Porque muchas veces, envueltos en el ruido de la vida, no dejamos hueco para la escucha… ¡Necesitamos abrir nuestras vidas al Amor de Dios! Así que los que ya tenemos, de algún modo, la experiencia del encuentro debemos encomendar… ¡La oración hace milagros!

Hemos continuado conversando de lo divino y de lo humano, de experiencias de fe compartidas y vividas, de la Semana Santa, de las vocaciones, de afecto y sexualidad, de libros -‘La Llaga de Dios’- que he regalado a uno de ellos, de política… ¡Madre mía, tema espinoso, donde todos hemos coincidido en la necesidad de un Gobierno estable, de una España en la que los políticos sean honestos y realmente tengan vocación de servicio y de entrega…! ¡Casi nada en estos tiempos que corren, aunque sabemos que hay muchas personas que se dejan la piel por servir a la sociedad, especialmente en la política más cercana…! En esa crónica social no podían faltar los refugiados, las Misioneras de la Caridad asesinadas y otras noticias que hacen que cada día nos vayamos haciendo, quizás, un poco más insensibles al dolor. Y es que, a veces, parece que nos hemos vacunado contra la realidad de nuestro mundo, que nos es ajena y en la que obviamos a las personas; una sociedad deshumanizada que ha perdido el rumbo…

Vamos aterrizando, comentando cómo nos va la vida, poniéndonos al día de nuestras cosas, haciendo camino juntos… Compartimos anhelos y esperanzas, sueños e ilusiones… Todo ello al calor, ¡y hacía mucho por esto de tener calefacción central!, de una crema de orujo de chocolate con menta que nos ha dejado un buen sabor de boca. Sin duda alguna, ¡qué bueno es compartir la vida y la amistad! Esas amistades auténticas con las que uno hace camino, a pesar de las diferencias. Esas amistades profundas que uno desea tener siempre a su lado, aunque a veces la vida nos lleve por distintos derroteros. Pero sabemos, que en el fondo, siempre podremos contar con estos amigos y que la vida, de alguna manera, también va separando el grano de la paja…

Hoy es una de esas noches en las que me voy a la cama con el corazón agradecido, con una sensación de paz que hace a uno un poco más feliz… Me siento privilegiado de contar con buena gente para hacer camino… Un camino en el que hoy también hemos recordado a los que más sufren aportando nuestros donativos para colaborar con un mundo más justo y solidario, comprometiéndonos en esa lucha por un mundo mejor… Un camino en el que también han estado presentes los amigos ausentes, con sus situaciones concretas, y con el deseo de poner los medios para ir viéndonos, especialmente con los que se encuentran fuera de la Capital de España. Un camino, en definitiva, ilusionante y esperanzador, con grandes deseos de encuentro con la Verdad, con anhelos de salir de la rutina y hacer algo por construir un mundo mejor, algo auténtico que colme nuestros corazones jóvenes… ¡¡Ese Encuentro es posible!!