Mi abuelo Cándido siempre ha sido un referente en mi vida. Él pasó haciendo el bien a todos los que le rodeaban. Colaboró en la vida cultural y política de su pueblo, trabajó incansablemente por su Parroquia, sembró alegría y esperanza en todos los que le rodeaban, especialmente en los ancianos.
Hace ya unos años, llegaron a mis manos unas Bienaventuranzas Sociales que él mismo escribió hace tiempo y que considero que pueden estar vigentes en la sociedad actual. En esta víspera del Día Internacional del Trabajo, bajo el Patrocinio San José Obrero, comparto esta sencillas Bienaventuranzas que nos pueden ayudar a crear un mundo más justo y solidario.
- Bienaventurados los que se empobrecen por invertir y crear puestos de trabajo, porque acumulan acciones en el Reino.
- Bienaventurados los que renuncian al pluriempleo, que no necesitan para vivir dignamente.
- Bienaventurados los funcionarios públicos, que trabajan como si se tratase de algo suyo.
- Bienaventurados los profesionales que no se oponen a las reformas justas de su trabajo profesional.
- Bienaventurados los obreros y empleados que prefieren que haya puestos de trabajo para todos antes que sus propias horas extraordinarias.
- Bienaventurados los trabajadores que no estafan a la seguridad del estado o desempleo, simulando un paro que no existe.
- Bienaventurados los banqueros, intermediarios y comerciantes que no se aprovechan de la situación para aumentar sus ganancias.
- Bienaventurados los políticos y sindicalistas, que se esfuerzan en crear auténticas soluciones para el paro, por encima de estrategias de partido.
Simplemente, quiero dejar constancia de estas Bienaventuranzas que tienen un claro sentido de justicia y bien común por encima de intereses particulares. Agradezco a mi abuelo Cándido todo aquello que en el transcurrir de su vida nos enseñó, aquellos valores que permanecen intactos en mi corazón… Siempre pendiente de todo y de todos, supo pasar “haciendo el bien”. Sin duda alguna, ¡cuántos motivos tenemos para dar gracias a Dios por nuestros mayores, por ese hermoso legado de vida que nos han dejado!