Con la llegada del Otoño, “de Lagares”

En la actualidad, la expresión «de lagares» va perdiendo su sentido original; porque ya casi no podemos decir que estamos de vendimias, pues la superficie destinada a viñedos ha disminuido notablemente en nuestros pueblos. Los pocos majuelos y viñedos que quedan, -en su mayoría-, sirven para alimento de pájaros, que no dejan más que el rampojo.

En muchos pueblos de Castilla, la vendimia congrega a numerosas personas. Familias al completo, así como amigos, se reúnen con el fin de elaborar un buen vino, de forma artesanal, para autoconsumo.

Lo importante es que el mosto fermente y así salga un buen vino. Sí, ese vino que se conservará en las bodegas y que luego será el justificante para tertulias, almuerzos y meriendas en bodegas y merenderos.

Desde estas sencillas líneas quiero recordar a todas aquellas personas que siguen conservando y cuidando con mucho esmero los majuelos. Nuestros mayores, principalmente, se encargan de esta tarea. Allí, pasan horas y horas mimando cada una de sus cepas. Para ellos es un entretenimiento, un vivir y recordar lo que en su día hicieron las generaciones pasadas.

Sí, estos «hombres de campo» hablan con mucha ilusión de los frutos obtenidos, de las uvas que harán posible el buen vino de la amistad. Para esta gente, el majuelo es una de sus mejores herencias, uno de los mayores regalos que les ha podido dar Dios.

Recuerdo con mucha emoción aquella frase que un día escribió mi abuelo Cándido en una de las paredes de la bodega: «El tiempo pasa, la vida es corta, aprovecha esta ocasión por si acaso no hay otra». A Él le quiero dedicar hoy estas sencillas palabras, ya que trabajó con mucho esmero e ilusión en la bodega familiar.

En nuestras manos está el poder continuar con este ambiente festivo, con esta tradición. Valoremos de corazón este tipo de herencias que nos han dejado nuestras gentes, pues en ellas se funde el vivo sentir de nuestros pueblos y ciudades. Quizás algún día, al acostarnos, podamos decir: «Estoy feliz y cansado, ya que mi trabajo en la viña ha dado su fruto». Que cada uno mire en su vida aquello por lo que desea trabajar y luchar. Y es que nosotros, «somos la Vid que debe dar fruto abundante».